sábado, 4 de agosto de 2018

De círculos... y ¡SEGUIMOS!





Es lo que tiene el inconformism0, casi siempre irracional, del ser humano, nos riega el cerebro con la idea de que siempre puedes estar mejor cuando ese justo momento piensas que estás bien.
Hay es cuando comenzamos a dar pasos, a AVANZAR.

Llevaba unos años atrás con un sueño anclado y con un ciclo de aparición cada vez más corto, era uno de esos sueños que al despertar tienes que pasar unos minutos para asegurarte de que no se está cumpliendo, de que no es real aunque quisieras, de que no has hecho ninguna locura. En verdad es un sueño muy sencillo, pero por la celeridad que le mete aquel que gira el trompo de nuestras vidas, nunca había encontrado el espacio, tiempo o el apoyo suficiente para hacerlo realidad.
En los giros de mi psiquis había un pinchazo por donde se escapaba el aire y frenaba un absurdo crecimiento escalonado basado en metas (muchas socialmente impuestas y otras personales).
Total, que allá por 1996 se alojó en mi casa un "pen-friend" (amigos por escrito) estadounidense de intercambio. A mi se me daba muy bien el idioma y nos entendimos a la perfección. El problema es que al año siguiente, cuando teníamos, los españoles, que devolver el intercambio, me resultó muy difícil subirme a ese barco y muy a mi pesar, dejé pasar esa oportunidad. Pero en mi mente se quedaba un vacía que se llenaría con testarudez y ganas de comerme el mundo sin atajos. Al invierno siguiente tiré de la rama (valga la ocasión) más cercana que tenemos los jiennenses y me pegué una buena "vará" de aceitunas (a la vieja usanza; varazos a saco día tras día, ni máquinas, ni mecanismos monstruosos ni mega-plantillas). Así junté para cerrar mi propio intercambio con el "pen-friend" de Lancaster (Pensilvania). Allí, por abril del 98 conocí a Bryan Klugh y a su entrañable familia. 





Volví en 2005, conociendo a un Bryan Klugh mucho más maduro, independiente y dando sus primeros pasos con su empresa visionlinemedia. Allí conocí a su futura esposa y madre de sus dos hijos. 
A los pocos años, la pareja decidió casarse y me invitaron a la boda, por motivos de fechas laborales me fue imposible ir, de ahí creo que era el resquemor en mis sueños y mi círculo de amistad estadounidense incompleto.
A finales del año pasado me mude a un pisito en solitario, comencé a tomarme en serio eso de ser yo mismo, de vivir conmigo mismo y con menos ángeles de la guarda siempre a mi alrededor, y recordé, en una de mis tardes de "mega-salón", que tenía un tríptico por completar, y rápidamente, consulté fechas de vacaciones y me pillé un vuelo para pasar unos días en agosto con esta nueva familia ya formada. 

Volveré de USA y tendré que resetear inquietudes y renovar pasos no dados. Pero esta experiencia que empezó en el instituto, de la mano de Ricardo San Martín, hace ya treintialgo años, la daré por, físicamente, que no en la distancia, COMPLETA.





                                                                                      ¡Propón más círculos por completar!
                                                                                                                          

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