Le he dado el título a esta entrada del blog de las dos musas griegas del teatro, que dieron
lugar a las dos máscaras famosas representativas en este arte.
Pues bien, más o menos esa bipolaridad es la que viene adherida a mi en los últimos años de carnaval. Por un lado el hecho de que al estar en un templete cultural por acto y tradición, y referente de alcalainos (el Casablanca), tengo que disfrazarme, sonreír, estar feliz, y, en definitiva, actuar durante unos días para así ir de acorde con el espíritu carnavalero que toca. Por otro lado, si que es verdad que por tradición, a mi me ha gustado, y he disfrutado estos días de incógnitas, acertijos, libertad y libertinaje. Pero, una encubierta Melpómene es la que baña mis entrañas estos últimos años. Tengo una fachada afable, llevo tiempo ensayándola, Talía se asoma rozando la perfección en cada actuación. Pero "me pone" más "Mel" es la que, últimamente, saca mis literaturas, mi palabrería barata, mis mono, bi, tri y polisílabos, mis frases gratuitas, mis golpes frontales, y mi libertad ante un teclado.
No le doy más vueltas (no mas de dos) al enmascaramiento histórico de las fiestas teatrales y carnavalescas. Tan solo recomendar divertirse al máximo sin llegar al extremo de lo absurdo.
Y dejarse llevar por las musas...
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