lunes, 2 de febrero de 2015

Lavado y Centrifugado



Pero "queda la música".


Y, cual Baco hinchado a panceta, sabía que estas mezclas algún día empujarían las puertas de mis límites físicos (que no mentales). Y ¡Voilà!.

 Excesos de "boyhood", cuidados los mínimos, amagos de vida sana y deportiva (que no iban conmigo ni con mi fatiga), alquitrán asfaltado cual diablo resabiado, y muchas otras moliendas, que por respeto a usted que lee y a su mente que interpreta, no voy a hablar de mis noches, ni mis gastadas braguetas. 

Un imberbe curandero, estrechamente anillado (me he fijado), osa advertir mi caída, esa por mi no tapada, y recomienda usar mi sangre cual pura inmaculada espada. Extraño invento, presiento, pues conozco las historias, que han visto esos canales, de sangre orgías y glorias. 
-¡Haga usted lo apropiado! - le contesto al doctorado- que yo beberé mas vino hasta el día señalado.
Deje usted en su proceso algo de posos pasados, que no quiero borrar alcobas, ni sudores bien sudados. 
Costo uvas y otras hierbas, con acierto destiladas, besar tanta fruta fresca y escalar esas cascadas.
 Subir  montes; cordilleras y pecar con osadía; olvidar nombres, direcciones y fingir que no fingía. 
Límpieme usted la sangre, saque algo bueno de ella, pero deje algún recuerdo que caliente alguna vena.
Seré yo con otros yoes, tendré sangre renovada, caminaré en linea recta buscando letras osadas. 
Equis, Uves y otros rombos en servicios sin salida, con carmín entre mis dientes y pasión sin guillotina.


 Ya volverá otro Ruy, entre espadas de madera, con rodillas "despecadas" para hacer lo que ellas quieran.

No hay comentarios: