jueves, 18 de diciembre de 2014

Desde Fuera



Evitando las miradas (sin robarse el alma)


Ella evitaba mirarlo a los ojos. De siempre había leído el alma de la gente por esa puerta y quería evitar que con ella hicieran lo mismo. El ya estaba acostumbrado a ese hurto desde dentro y casi siempre miraba a un punto fijo cuando hablaba con los demás, como si de un invidente se tratara; cosa que a muchos molestaba. - ¿Me estás escuchando? - replicó la sueca. - ¡Si..si, sí quieres te repito todo lo que me has dicho! - contestó el de aquí. Evitaban abrirse del todo (más vale saborear que atragantarse), en eso coincidían. Y así entre posos de buen vino, aliños y risas se podrían tirar toda la noche y, si sus "inevitables" obligaciones diarias no se lo impidieran, también todo el día. Pero siempre siendo él y ella. Nunca fueron ELLOS. 

1 comentario:

Black Files dijo...

tienes como siempre, la sencillez que hace grande a los maestros...