Si aprendiera a abrir ventanas
algún viento fresco o cotidiano sin más me movería.
Si abriera ventanas entraría lo que busco
(si supiera lo que busco).
Algo desconocido, que no rechine
que me empuje, me eleve, me arda in crescendo.
Hace tiempo que mis ventanas
permanecen expectantes, sumisas
tirando la toalla ante mis “despasiones”
Me complacieron y las “descomplazco”.
De vez en cuando me gritan.
―¡Venga ya hombre, qué pareces un sello viejo!
Otras veces intentan reabrirse por sí mismas
para acortar mi solapamiento
para empujarme a encontrar tesoros.
Culpaba yo a las tinieblas,
despropósitos invernales.
Volaré cuando las flores
den sus primeros pasos.
Susurraba sin reloj,
mirando las pétalos marchitos ya en octubre.
¿Y si abriera mis ventanas desde fuera?
Me reto.
*Dedicado a todas aquellas personas que me hacen mejorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario