martes, 30 de mayo de 2017

Escribir: - ¿Crees en la búsqueda de "tu interior" y su uso máximo? ¿Sabes cómo hacerlo?


Mi último sueño, de esta noche, ha sido de esos que rascan la conciencia llegando incluso a hacer un pelín de daño. 
Estaba en la presentación de un libro, en una especie de galería de arte y encuentros o algo así (el lugar geográfico lo tengo claro en la mente, pero ha llovido mucho por esa zona desde entonces y paso de ponerme a explicártelo. Tan solo decirte que es una esquina de Alcalá muy conocida, la del pasaje del pub Madeira, esa esquina en alto con ventanales y cristaleras)
En fin, que estaba en la presentación del libro de un escritor bajito muy oscuro de piel y pelo y bigote negro (el nombre del escritor y libro también se los ha inventado mi psique así que tampoco importan). Tanto él como su editor me trataron muy bien en la postpresentación y esas cosas se agradecen. He estado ya en unas cuantas presentaciones de libros y el paso último para que ese libro se imante conmigo es que el escritor no "esté lejos", ni sea un capullo vanidoso lleno de ego; aunque luego resulte que muchos de los mejores escritores lo sean (- ¡Ayyyy... si es que hasta la serpiente más venenosa ofrece muchas características positivas en su conjunto!)

*Nota antes de seguir: me refiero a escritor (la profesión) por generalizar y no andar todo el rato tecleando los dos géneros. Si estuviera hablando de alguien en concreto (mujer u hombre) ya distinguiría al nombrarlo como escritora/-or.

En fin que el sueño continuaba con mis ganas de acudir a más eventos de ese tipo. Así que a los dos días siguientes iría a Granada a la presentación de un nuevo libro. Esta vez si voy a decir la escritora, Era Clara Peñalver, pero no el título del libro (no lo recuerdo) pero se salía de la carretera de Ada, sus casos y sus kilómetros en moto de sus últimas publicaciones. 
No sé como, "story cubes" que tirará cada noche mi inventor de sueños personal. Estaba dicha Clara Peñalver al día siguiente, con algunos asuntos del mundo de las letras, en ese mismo lugar de presentaciones y otras artes. 
- Mañana bajaré a Granada a lo de tu nuevo libro. -Le dije- 

El resto del sueño, es mero trámite y saludeo sin importancia. Pero la reflexión final que me hago, dentro del mismo sueño, si que me ha llamado la atención y ha hecho que me despierte un rato antes de lo previsto y os la cuente.

¿Aprovechas todo "tu interior" al máximo? 
¿Sabes como hacerlo salir en forma de escritura?
¿Necesitas aún mucha vida pasando por tus ojos y rellenando compartimentos de recuerdos y experiencias antes de ponerte a teclear? o ¿eres de los que se la juegan, te ves (crees) capaz y empiezas a escribir sin más engañado por tu ego y "sabiendo" que a los demás les va a gustar porque si?



Yo, particularmente, soy de los de los del tercer supuesto/pregunta. Necesito MUCHO pasando por mis ojos. Necesito rellenar compartimentos, almacenar recuerdos, sentir millones de veces y clasificar esos sentimientos. Tan solo así, podría empezar a entremezclar parte de lo que quiero contar y cómo con lo mis vivencias y conclusiones de éstas. Todo esto, claro está, resulta mucho más fácil si tienes al lado a alguien del mundillo que te vaya dando collejas para pulir tus palabras (la magia que encierra el resultado de tanto compendio de palabras, si estuvieran muy mal contadas o estructuradas, quedarían en puras triquiñuelas de trilero) 

Epilogo/Conclusión:
       A la hora de ponerme a escribir soy de los que salir al mundo exterior (si, si; ese que hay mucho más allá de la cueva de los Fraggels) y observarlo todo rodeando sus seis o siete dimensiones (las que hay y las dos o tres más que yo me invento) es mi única cura y camino. Ver, ver, ver, ver, (viajar si está entre tus posibilidades asiduas, de ahí la ventaja de muchos con respecto a un humilde chico de barrio). Y, por supuesto, el mayor de mis defectos, por falta de asiduidad y tiempo material en mi día a día, LEER. LEER MUCHO.


3 comentarios:

Nono Vázquez dijo...

Aunque nadie me haya pedido mi opinión, yo casi siempre la doy. Eso, en parte, es mi motivación a la hora de escribir. Supongo que "eso" que tengo que contar puede servir para algo, aunque nadie nunca me haya dicho: "Nono, escribe esto porque me interesa". De hecho, siempre me salió peor aquello que hice intentando "gustar" a los demás, porque lo que conseguí fue no gustarme a mí mismo. Conclusión: soy también de los que mira, observa, compara y compone. Recuerdo el primer relato que escribí. Lo puse todo en él; mis vivencias, mi experiencia, notas de mi infancia y mi primera historia de amor platónico. No me reservé nada. Tenía una historia con principio y fin y le di muy fuerte. Ha pasado mucho tiempo y sigue siendo lo que más me gusta de todo lo que ha salido de mis dedos después (siempre escribo con ordenador). ¿Motivaciones? Lo tengo que reconocer; de un tiempo a esta parte intento escribir lo que me gusta leer. Coincido con el autor de esta entrada en una cosa: para escribir medianamente, hay que leer mucho. Y al final, cuando escribo salen mis vivencias, pero sobre todo mis fantasías y, muy importante, mis deseos. Hay otros que gustan más, es cierto, pero ahora puedo decir que solo escribo lo que me gusta a mí, y si alguien coincide con mis gustos puede hacerlo suyo; compartir es disfrutar dos veces.

Beatriz Lizana dijo...

Todas estas dudas que planteas al final creo que se pueden reducir a una:

"¿Por qué escribes?"

Cada uno tendrá su propia respuesta, o no, pero las posibilidades son tantas como escritores existen (¿todo el mundo?). Yo no me acuerdo de lo primero que escribí porque siempre lo he hecho, aunque la forma, las historias y las preocupaciones han ido variando a lo largo de mi vida.

Un punto en común que tiene muchas de esas personas que hacen de juntaletras es que escriben por necesidad, porque se lo pide el cuerpo. Se convierte en una cuestión fisiológica.

Sobre el último punto, te podrías sorprender si te digo que he conocido a varias escritoras nóveles (con sus libros y sus premios y todo) que dicen que no leen mientras escriben la novela (o sea, durante meses), para no "contaminarse". Estoy totalmente en contra pero me pareció curioso comentarlo.

Yorky dijo...

Buenos días Raúl, he leído tu reflexión, nocturno - matutina y creo que el escritor siempre será un sufridor(me explico) cuando escribimos, somos conscientes de que no llegaremos nunca a conectar al cien por cien con nuestro interior, lo que yo llamo ( no se explicarme) pero ante eso podemos usar varias herramientas, una, la visión de todo lo que nos rodea, detalles, detalles, todos los detalles, y también los detalles, no seré el primero en decir que los pequeños detalles encierran grandes cosas. La otra herramienta ;la perseverancia, yo pienso que como decía Cela, si la inspiración ha de cogerte, que lo haga mientras trabajas. Como tú bien dices, la lectura es crucial, ese pecado en el que muchos nos vemos embutidos por falta de tiempo que no de ganas (hoy, quizás mañana termine una novela que el gran Nono me paso hace ya bastante tiempo interesantísima por cierto). Y para terminar mi reflexión provocada por la tuya,lo más importante para mi en esta faceta de aficionados a la literatura y en general para la vida ;la humildad, sentirse libre siempre de esa lacra que corrompe a las personas y las convierte en presa fácil para el idiotismo en el caso que nos ocupa, literario. Un saludo matutino, un abrazo literario 👍🏻👍🏻🍺🍺