martes, 26 de enero de 2016

TROG


Y, una vez más, Franki era uno de los que también partía la pana en aquella novedosa y chulérica máquina de arcade que había en los Fuentes, (sustituyendo a la insustituible Gauntlet).

TROG llegó arrasando desde el primer día. Nada más pasar por la cristalera de los Recreativos Fuentes te fijabas en esa explosión de color de nueva máquina de arcade para cuatro jugadores, que habían colocado en el mismo sitio (mas o menos) donde había estado siempre el enigmático e inacabable Gauntlet.


Siempre había alguien con 5 duros dispuesto a unirse a tu partida

Ese era el cavernícola cabronazo del que los "dinos" debían correr 

El caso es que han pasado "munchísimos" años de aquello... y aquella paradoja de "la vida misma" se sigue repitiendo en nuestros días a días habituales... sin tener que echar 25 pesetas cada vez que retomamos la partida, pero llevándonos los mismos mamporrasos (aún recuerdo aquel sonido seco de la porra del troglodita que dolía más a mi paga semanal que a mi conciencia).

Nuevos Spyke, Gwen, Rex, etc... se van uniendo a nuestras vidas; a nuestro continuo buscar de la puerta final de cada pantalla (no sin antes haber recogido toda esa especie de huevos de colores para completar ésta). La verdad que conforme pasabas de nivel, los Trogs (los cavernícolas) se iban volviendo más rápidos y cabrones, y tu tan solo podías usar con acierto algunas habilidades (y atajos) que la vida te había ido enseñando. Mirando siempre de reojillo la porra del que te acecha. 

Los pasos ha seguir en la tierra de "Og" cada vez se volvían más hostiles, solitarios, y rodeados de egoísmo.

Así, cuando conseguías (consigues) salir de alguna de aquellas pantallas, con la ayuda de tus allegados dinos, tan solo te quedaba sonreír, respirar y pegar algunos saltillos de alegría entre caña y caña, sin dejar de mirar por el rabillo del ojo al cavernícola que está silbando con la porra escondida en sus espaldas para darte otro mamporro sin miramientos, sin distinguir color, especie, ni circunstancias. 

¡Hasta la próxima "arcadienses"! 


Recuerda que al menos quedará algún sincero que te diga: - ¡Buen trabajo! -


2 comentarios:

Nono Vázquez dijo...

Ante todo, gracias por un post nostálgico. Parece que esos momentos ya los vamos teniendo todos. Yo lo que tengo es un recuerdo similar de otra arcade. Soy un poco más "viejo", por lo que me referiré a los "futbolines de Santi", frente a lo que hoy es la Librería Estrella, en el local que actualmente ocupa "Kara". Allí te podías encontrar con NIGHTMARE, un implacable laberinto en el que una nave esférica se movía auyentando criaturas. No me verías mucho "echando" en ella, pero sí mirando como los absolutos maestros la manejaban con destreza mientras yo, también de reojo, esperaba que quedara libre la CERBERUS PINBALL. Horas y horas, sí. Alguno diría que incluso demasiadas, pero... es lo que había.

Beatriz dijo...

Oooh! Franki! Solo me acuerdo del Street Fighter, nunca se me dieron bien los videojuegos, pero a Franki sí que lo tengo grabado en mi retina, cuando aún era tan pequeña como para observarlo en contrapicado... Solo este personaje ya se merece un post!