martes, 9 de agosto de 2011

¡Jaque al Rey!


¡Jaque al Rey!



Su colmena no tenía límites conocidos.
Ella, desde el primer día y sin lucha alguna, sabía que volaba un poco más alto, con más fuerza y perspectiva que las demás abejas; ella estaba llamada a reinar.

(abeja reina marcada con amarillo)
Así fue. Tomó desde el primer día las decisiones colectivas y
casi con el total beneplácito del resto del enjambre.


Los zánganos se peleaban por ella sabiendo que de su compañía no podrían sacar queja alguna, al contrario, sería todo un deleite. Y su reinado sería reconocido y de gran prestigio entre el resto de la colmena e incluso en otras colindantes.





(zángano = abeja macho)


Hubo un zángano de una colmena lejana, que comenzó a "pensar por él mismo" sin respetar las jerarquías organizativas que tanto fruto y orden habían aportado a la colmena generación tras generación. Tal fue el grado de su ego, que marcó a la abeja reina los pasos a seguir, su linaje, la administración inclusiva y excluyente de su cohorte cotidiana, y el devenir de su día a día en la colmena.
El resto de abejas, alertadas por el desorden estructural con posibles consecuencias irreparables que se avecinaba, comenzaron a movilizarse con el fin de que la reina, poco a poco comprendiera la gravedad de la situación. Y, como se había dejado medio engañar por un simple zángano que pretendía salirse del rol por el que estaba ahí, fecundar, sin más, para el equilibrio de la colmena.

Y así, susurro a susurro, consejo a consejo, realidad a realidad, su cohorte, y allegados consiguieron que la reina retomara de nuevo la gran partida de ajedrez; en la que nunca debió perder el control y destapar las argucias y entresijos del aspirante a rey.
Todos los incondicionales de la reina movieron sus fichas en la colmena hasta destapar el entramado y dar por fin el necesario ¡JAQUE AL REY!

Nota: toda esta historia es pura ficción;
cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia

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