lunes, 25 de julio de 2011

DETENIENDO LAS ALAS



Desde el primer momento en que conseguimos, con nuestro tímidos y débiles ojos, ver el mundo que nos rodea, entendemos que va a ser un largo viaje el que tenemos por delante.
Los primeros años de este viaje, desearíamos haber nacido con cinco alas más a cada lado para volar con más fuerza, más rápido, a mas sitios, descubrir y disfrutar todo lo que nos rodea sin descanso alguno.
En la adolescencia vemos las cosas desde con mayor sentido, las analizamos, y aprendemos a discernir con lógica y a volar de forma más estable cogiendo los vientos que más nos favorecen.
Pasan los años, sin más remedio, y vemos como el aire se nos hace cada vez más pesado, más infranqueable, las alas, no obedecen el ritmo de movimiento que deseamos, muchos vuelan por encima nuestra ya...y vemos la tierra, de la que arrancamos nuestros primeros y fugaces aleteos cada vez más cercana.
Hasta que nos cansamos, nuestro vuelo ha terminado, hemos cumplido un largo-corto, maravilloso, ilusionante y completo recorrido. Dejamos antiguos aprendices, ahora maestros de otros aprendices, al cargo y supervisión de futuros "vuelos".
¡MISIÓN CUMPLIDA! ¡ATERRIZO Y ME DESPIDO DE LOS MÍOS CON LA CABEZA BIEN ALTA!
(hasta siempre)
(a mi amiga Mary, y a su familia)


3 comentarios:

Begoña dijo...

????

Begoña dijo...

Pero las enseñanzas de esos maestros quedan para siempre.

Maria de los Angeles dijo...

Cada vez que lo leo me gusta más!