...desármate con una sonrisa...
De princesas olvidadas, de habichuelas sin sembrar, de gigantes incesantes; de lo absurdo que es robar.
Corrí por matas y espinos, robé, monedas, gallinas y arpas, inventé colores y trampas sin retroceder caminos.
Olí guadañas mojadas segando desde temprano vecinos escopeta en mano guardando raíces amadas.
Apagué esos colores, disimulé con risas tu pólvora por divisas sin sembrar otros valores.
El gigante ha vencido. Nadie encontrará su alma. No habrá más mundos en calma ni más oro compartido.
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