Hay dos huequitos sin rumbo en lo alto del mapa por lo que creo que has podido escapar |
La verdad que nunca he sabido quien usa a quien.
Hasta hace poco pensaba en mi autoridad, mi dominio sobre ellos. Cogía un mapa y lo usaba fiel y concreto para cada fin. La playa, ciudades bonitas, recomendaciones gastronómicas, o simplemente saber exactamente donde está un lugar concreto. Pero tengo la sensación de que estos días (semanas) son ellos los que me usan a mi. Me voltean, agitan mis nortes mezclándolos con sures desconocidos y estes y oestes que ni me interesan, tal vez antes si me llamaban algo más la atención.
-¿Para que sirve calcular la ruta, medir las distancias del viaje, planear las visitas, lugares, horas y minutos si ya el mapa, hace tiempo, que me metió en su ruleta del destino y se va a reír de mi a la primera de cambio, va a jugar conmigo como si fuera un "playmobil" inarticulable?
He decidido levantar las persianas de golpe cada mañana, abrir la ventana y mirar el cielo en toda la amplitud que mi delimitada visión me permita y flotar en el día presente.
Atrás quedaron latitudes y longitudes que se cruzaban en el punto exacto a donde pretendía viajar. Atrás quedaron fechas, puntos de interés y maletas ordenadas para cada ocasión.
Me agitaste bien. Giraste la peonza plana multicolor con fuerza y hasta día de hoy sigo sin saber si viajo en uno de tus sueños perpetuos o despertaré en cualquier momento.
De nada me sirvieron las matemáticas aplicadas, la geografía básica aprendida, los antiguos paises y los países en construcción; océanos, mares, fronteras, países y continentes. Al final tú ganas. Te pertenezco, viviré al día sin pensar en cual será mi próximo destino.
Gracias por todo lo viajado juntos, por lo que me has ayudado y por todos los que hemos ido conociendo a cada vistazo en tu interior. Gracias por tu gama de colores, por tus posibilidades y por tus puertas abiertas.
Viviré flotando en tus caprichos.
Gracias.
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