jueves, 30 de enero de 2014

PORQUE "HABERLOS HAYLOS"








Los voy guardando en mi memoria como obras de arte de incalculable valor. 
Son de esos días azules (da igual si está nublado o no) que justifican muchos otros grises que irán apareciendo el resto del año. 
En uno de esos días sales tu; las primeras veces que te vi sonreír mientras paseábamos por el Albayzin.
En otros esta tu olor a pelo mojado y tu abrazo al encontrarme tras buscarme toda una tarde bajo la lluvia.
La primera vez ...( ¿o fue la segunda? )
Esas tardes noches almerienses "entre salitre y sudor" ¡Uuuummm! 
Borracheras y amaneceres en pisos universitarios... mientras tu leías a Shakespeare.
El norte, tus amistades, su gente, su olor, su sabor... 
Mayo (o ese cita anual en ese quinto mes...)

Luego el ancla. Y en este puerto también hallé algunos de estos días memorables:
La barra y su hábitat: enciclopedia cercana donde cada palabra parroquial debe ser digerida con mimos y bienvenidas.
Ellas: Raras, pero intravenosas. ¡AHÍ ESTÁN!
Los parroquianos, calvetes, gorditos, canosos, psicólogos, biógrafos, morboso/as, atrevidas/os, musiquéros, fiesteros, cinéfilos, libreros, relateros y, el domador de las fieras (el barman o camarero).

El SOL; mis pilas de dentro hacía fuera y de fuera hacía adentro. Nunca se gastan, y si alguna vez titubean, tan solo su recuerdo me retroalimenta.

Lo nuevo; el periodista, escritor, gurú del cine, jazzero, runero, y Gerard.
Las "sanas"; enfermeras (-iñas), fisioterapeutas, medico/as, exploradoras y "deportiveras". 

Y mucha más gente que conocía, conozco, e iré conociendo que hacen que de vez en cuando, y siempre en términos globales tengamos algún que otro DÍA PERFECTO.

    ¡Porque a la hora de hacer balance de nuestros días tengamos que puntuar mucho más con el bolígrafo azul que con el rojo... volteando la famosa frase de recriminación de Louis Van Gaal reclamaré el: ¡Siempre positivo, nunca negativo!

Aunque resoplemos, busquemos la ilusión hasta debajo de las piedras de los charcos, sé que seguirán viniendo días de esos de incalculable valor. Bienvenidos sean, y si quieres compartirlos conmigo.... (como muchísimo, pero donde comen dos (yo y yo) comen tres) mejor que mejor. 

































Días llenos de momentos inolvidables; habidos, hay, habrán.
(autoalientos)










1 comentario:

Begoña dijo...

Como dice Elsa Punset hay que entrenar el cerebro como si fuese un músculo, recordando los días azules para así entrenarlo para ser feliz. Bonito post.