miércoles, 5 de enero de 2011

La Sonrisa de Mona Lisa

Para efectos de esclarecer los enigmas, se utilizó un software especializado en la "medición de emociones", el cual fue aplicado a la pintura para obtener datos relevantes acerca de la expresión de la modelo. La conclusión revelada por el programa, es que La Mona Lisa está un 83% feliz, un 9% disgustada, un 6% temerosa y un 2% enfadada. El software trabaja sobre la base de tomar en cuenta rasgos como la curvatura de los labios y las arrugas producidas alrededor de los ojos. Tras obtener las mediciones, se compara con una base de datos de expresiones faciales femeninas, la cual contiene una expresión promedio.


"Jejeje... jajaja... interesante, interesante... estoy de acuerdo contigo, estoy de acuerdo contigo, jijiji que gracioso eres, ... "
¡Qué me apliquen el medidor de emociones a mi en una larga jornada de trabajo, y verás como empieza el mecanismo a enrojecer y a echar humo de tanto que tengo que readaptar mis expresiones a cada minuto en mi oficio!

La última persona a la que te apetece ver en un momento determinado, ¡Zas! dobla la esquina de la C/Federico García Lorca y allí la/o tienes subiendo las escaleras con unas risitas y "buen rollazo" para al entrar soltarte aquello de: "¡hombreeee!, ¿cómo te va? ¿estás muy perdido, no?"
(Pa mear y no echar gota). Perdido/a estarás tú, yo sé y todos saben donde estoy cada tarde de lunes a domingo excepto los martes e ídem cada mañana. Pero bueno, "monaliseas" tu sonrisa, asientes con la cabeza y le dices...: "ya, ya, a ver si me escapo algún día por ahí a verte, es que tienes razón, estoy muy perdido" y así minuto a minuto, para rellenar el silencio que intento dejar en mis quehaceres diarios, el sujeto te va soltando lo "guay" que es su vida, lo bien que le ha ido en tal o cual sitio, y lo feliz que es con tal o cual persona. Intentas, ya soy un maestro en ello, que no se te note para nada lo poco que te importa en esos momentos su vida, (bastante tienes con los "curvada" que va la tuya propia) y sigues con esa pseudosonrisa que ya tanto has perfeccionado con los años, deseando el momento en el que mira el reloj, y dice...: "¡buff, que tarde se me ha hecho, tengo que hacer unos recados antes de que cierren las tiendas!" y te das la vuelta como para colocar algo, y resoplas de alivio sabedor de que en breve vas a poder relajar las "mandíbulas de la interpretación" para seguir con tus quehaceres y siendo tu mismo con las personas con las que se puede ser uno mismo, que por suerte estos últimos años, en mi trabajo, he conocido un puñaete apañao.

2 comentarios:

Begoña dijo...

¡Como nos gustaría no tener que hacer esa mueca fingida!, pero la vida tiene esas cosas. Si te fijas, las personas mayores, que no tienen nada que ocultar, siempre reaccionan con sinceridad, que gusto. Buena reflexión.

Rafa (torcho) dijo...

Que razon tienes tio, aunque a veces, a pesar de poner tu mejor sonrisa viene un cliente (normalmente con poca experiencia en ese mundillo de detras de la barra) y te intenta amargar la existencia exigiéndote que le pongas la caña perfecta en el dia de mas ajetreo de las cruces y con el grifo del barril, como mínimo, un poco defectuoso... en fin.
buena subida, me ha gustao, un saludo