y mis ojos ya solo ven cristales geométricos,
de pies a cabello soy hielo y alarmas.
y mi corazón ya cobra peaje a otros latidos,
no espero (te) nada mientras conduzco.
y el veneno empuja la savia fresca de mi ilusión
viéndose vencedor en las principales venas y arterias.
y solo quedan olores, palabras bajitas, renglones infinitos.
y me voy porque te has ido
y me quedo en mi barco sin anclas oxidadas
y prometo que aquellos nombres
de pasos, palabras y viento enredados en veletas de barro
no significarán nada.
A los desanclados...
No hay comentarios:
Publicar un comentario