Soñé con un grillete abierto
sin barro ni doble cara.
Soñé con decisiones;
trampolines que salté
por su parte trasera.
Soñé con andar sin mapas
andar alzando la vista
pisando mis primaveras.
Soñé que no hubo quiebra
ni mentiras extranjeras,
soñé con líneas dobles,
palabras mudas
sin narices de madera.
Soñé que la vida no era corta; ni verdadera.
Soñé que te veía en bici por la otra acera.
Soñé que no estaba solo.
Soñé que dormía en una vigilia embustera.
Soñé con brújulas, con distancias oxigenadas,
soñé que estando lejos la verdad se disipaba.
Soñé que no volvía a charcas deconstruidas,
a estado de larva, renacuajo y mentiras.
Soñé con Charles Darwin y sus teorías.
Soñé con ser un pinzón sin pico evolucionado
soñando con soles y estrellas
sin moverme del tejado.
Soñé que despertaba de un sueño que no lo era
Soñé que caminaba por el borde de la acera.
Soñé que crucé la calle sin saber si la sombra es buena.
Soñé que el sol no quema, ni te aplasta, ni da pena.
Soñé que este último sueño era real y no escrito
Soñé que me levantaba del sillón que me vendiste.
Soñé que no eran teclas ni webs que tú elegiste.
Soñé que no vivía en un portal infinito.
Soñé que repetía todos esos sueños vanos
renglones torcidos por defectos del humano.
Soñé que no era antes, ni ahora ni nunca.
Soñé que no eran sueños sino pasos con gran culpa.
Despierto y ando para seguir soñando.
Raúl Góngora.
Hostal en Calle Libertad (qué paradoja)
07 de Julio del 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario