Y no te vi.
Vendí mis cinturones,
mis techos, mis canciones.
Vendí toda mi alma; la maltrecha,
la aún en calma.
Y no te vi.
Negocié con el diablo.
No era uno, eran varios.
Me compraron el pasado,
subastaron mi futuro,
Me ofrecieron ventanas abiertas
azules, verdes; sin muros.
Competí con Dioses marinos,
sangré por vencer tus miedos,
perdí a quienes quería
por libertades de acero.
Aquí estoy en un laberinto
de almas sin sangre en vena.
Tú apurando el soufflé
yo en tu tele dando pena.
Raúl Góngora. 2024
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